Por: Ramón Zamora Rodríguez
Según se ha informado
por los diversos medios de comunicación,
el ministerio de Salud Pública y el Gobierno en Holguín están llevando a
cabo un reordenamiento de los servicios básicos, en aras de facilitarle a la
población el acceso a los mismos. Pues al decir de ellos…“lo más importante y
hermoso que tenemos es el pueblo”…
Es por ello, que
suprimieron de todos los policlínicos y del Hospital Lenin, el servicio de
oftalmología en los cuerpos de guardia y los ubicaron en el Hospital
Clínico-Quirúrgico. A los pacientes con urgencias oftalmológicas en el
municipio de Holguín, les resulta prácticamente imposible recibir asistencia
médica especializada en horas de la madrugada, por lo alejado que se encuentra
el centro asistencial destinado a brindar este tipo de servicio.
A Juan Carlos Zaldívar, trabajador de ETECSA,
residente en la casa número 47 del
reparto Edecio Pérez en horas de la madrugada del día 19 de julio al
levantarse a asistirle el parto a una puerca de su propiedad, se le alojó un
cuerpo extraño en su ojo izquierdo, lo que le obligó a dirigirse al distante
hospital. Con el inconveniente de que a esa hora el transporte público no
funciona, tuvo que caminar unos dos kilómetros hasta el “cabaret nocturno” y
allí contratar un auto de alquiler, que le costó diez CUC por llevarlo y traerlo
de vuelta a su hogar.
Hospital Clínico Quirúrgico |
Lo paradójico de la
historia es que le queda mucho más cercano a su domicilio el policlínico Mario
Gutiérrez y el hospital Lenin, centros asistenciales por los que discurrió en
busca de auxilio para el mal que en ese momento le aquejaba, y en todos se le
informó que allí no se prestaba ese servicio. En el Hospital pediátrico se le
podía ayudar, pero tenía que esperar por el especialista que en ese momento
operaba un caso y luego visitaría a tres pacientes en la sala, pues solo hay
uno por día para atender todo el centro.
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Propaganda dentro del Hospital Lenin |
Próximamente esta
previsto, trasladar para el hospital clínico todas las especialidades y dejar
en el Lenin solamente a Obstetricia y Ginecología. Llevan 40 años construyendo ese hospital, y como el cuento
de la buena pipa, nunca acaba. Lo que es sinónimo de ineficiencia, pésima
gestión, mal manejo de los recursos, chapucería y se erige como una vergüenza a
todos los que ponderan los logros de un gobierno decadente.
Lo menos que uno
encuentra al visitar cualquiera de los centros asistenciales de la provincia es
higiene, buen trato, profesionalidad y orden. Aspectos que deben primar en todos los servicios que
se les brinda al pueblo, toda vez que es este el destinatario principal de
todas las riquezas que genera el país. Lo correcto económica, política y
socialmente es que el Estado dirija todos sus esfuerzos en satisfacer a sus ciudadanos
y en hacerle la existencia cada día más fácil. Cosa que en la práctica en Cuba
es todo lo contrario, a otros países se
envían abundantes recursos humanos y materiales para mantener una imagen de
buen hermano, como dice el refrán: “candil de la calle y oscuridad de la casa”.
El caso de Juan Carlos
se repite casi a diario y el Gobierno no
hace nada para revertir tan dramática situación, y cada día se
acrecienta aun más la brecha de la desigualdad en la sociedad, la sordera y la
ceguera de los que detentan el poder. Imponiendo su criterio por encima de la
lógica, la razón, sin tener en cuenta la opinión y las necesidades reales del
pueblo a quien debieran servirle y no servirse.
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