jueves, 18 de agosto de 2016

Retrasado Mental y Abandonado por el Estado



Por: Ramón Zamora Rodríguez
Yurisander Torres Torres, al igual que tantos otros en la provincia Holguín, es un retrasado Mental severo de 33 años que vive en total indigencia y sin recibir ninguna ayuda de las Instituciones  Gubernamentales, a las que no les interesa la suerte de este joven.   
Llegar a la casa número 16 fondo,  de la calle 24 entre 27 y Pedro Heredia del Reparto Nuevo Llano, es una forma en verdad triste, de ver como en Cuba,  los enfermos mentales de familias de escasos ingresos económicos viven en una pobreza extrema, donde las palabras: Dignidad Humana, Inclusión Social, Igualdad o Derechos Humanos, simplemente no existen.
Echado en una cama vieja, desvencijada, sin colchón y vestida de harapos, pasa sus días este joven humilde y enfermo, acompañado únicamente de su madre, la señora: María Eugenia Torres González, de 53 años aquejada de diabetes, artrosis cervical, hipertensa, y con retardo mental. Cocinando en el patio con leña, cosa que cuando llueve no puede hacer, al no tener el dinero necesario para reparar las ollas eléctricas.
Con ayuda de los vecinos, ha presentado  quejas y solicitud de ayuda en todas las dependencias Gubernamentales y del Partido, buscando una forma de solventar en algo la  precaria situación  a la que están sometidos ella y su hijo, su humildísimo hogar ha sido visitado por incontables “comisiones” que han llenado cientos de planillas y les han prometido el oro y el moro, pero todo ha quedado en eso, promesas, y lo único que han recibido es una pensión de 186.00 pesos que no les alcanza ni para comer una semana.
La ropa que se ponen se la han donado los vecinos y los cristianos de dos iglesias protestantes cercanas, que también les dan algo de alimento, artículos de aseo personal, algunos útiles para el hogar y unas monjitas, Siervas de María, que les donan medicamentos y algún dinero. Ayudas que les da cierto alivio a su triste y mísera existencia, pero no ponen fin a tan inhumano asunto, porque es el Estado Cubano y sus Instituciones los que tienen la obligación de darles todo lo que ellos necesiten. 
 Viven en un hogar que se compone de un cuarto de  dos metros de ancho por tres de largo y una sala- cocina de un metro y medio de ancho por dos de largo, sin baño sanitario, lo que tienen es una letrina en el patio y Yurisander es un enfermo que su desplazamiento es dificultoso al no tener una buena coordinación motora, lo que impide muchas veces su aseo.
Lo que resulta inaudito es que este Gobierno se ufana en todo el mundo de sus logros en materia de Salud Pública y Educación, que estas “son gratuitas y alcanzan  a todos por igual”. Entonces como es que  en cualquier lugar de nuestra geografía se encuentren casos iguales o peores que el de Yurisander, enfermos y sin recursos que les permita llevar una vida lo más digna y humana posible y así aliviar en algo su enfermedad. Pero cuando se tiene cauterizada la conciencia, cuando cualquier dolor resulta ajeno. Cuando La mentira, el engaño y el desamparo van tomados de la mano y Gobiernan con impunidad, solo nos queda esperar en Dios. 

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