lunes, 14 de marzo de 2022

El silencio ante la injusticia solo tiene vida en los cómplices desvergonzados.

Por. Ramón Zamora Rodríguez.

Cuando no existen instituciones Independientes a los gobiernos que regulen las violaciones del Estado y sus funcionarios sobre los derechos y libertades del pueblo, con total independencia y autoridad para tomar medidas ante estas violaciones, los pueblos quedan en total indefensión a merced de las escasas garantías que aisladamente estos regímenes quieran implementar como una misericordia, pero lo hacen en casos simples que no impliquen la corrupción y abuso de altos funcionarios o instituciones y organismos pilares del régimen.

Ante esta vulnerabilidad, nacen el periodismo independiente y empírico dentro del pueblo, para denunciar las injusticias, abusos y el abandono gubernamental ante las dificultades, carencias y desgracias de sus nacionales. En Cuba, el régimen tiene todo un andamiaje legal creado para protegerse de cualquier forma de manifestación de descontento o desacuerdo por parte del pueblo, impidiendo que se evidencie el descontento y las violaciones de los derechos elementales de millones de personas.

Pero existe una realidad natural, gracias a Dios, que se llama libre albedrío, que por muchas leyes, represión y coacción que se implemente para impedir que los desmanes gubernamentales sobre el pueblo sean vistos a la luz del mundo, siempre existirán y surgirán más, muchos más que denunciarán estás barbaridades, no importa lo que hagan, cuantas leyes mordaza implementen, a cuantos encarcelen, siempre nacerán nuevas voces, y solo harán silencio ante la injusticia y la opresión, quienes estén desnudos de vergüenza y convicción. ¡YO NO! ¿Y usted?

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