En huelga de hambre y bajo tortura el prisionero político holguinero Miguel Enrique Girón Velázquez.

Por. Ramón Zamora Rodríguez.

Bajo tratos crueles, inhumanos y degradantes e indiscutible tortura se encuentra el prisionero político holguinero del 11J Miguel Enrique Girón Velázquez, que lleva 21 días en las celdas tapiadas de Procesamiento Penal, con dos semanas en huelga de hambre exigiendo ser devuelto a la Prisión Provincial, desde donde fue conducido, acusado por un supuesto intento de motín dentro de la prisión.

Miguel Enrique se encuentra incomunicado por órdenes de la Seguridad del Estado, quienes le niegan a la desesperada madre Magaly Velázquez acceder a la información real sobre su hijo, bajo el falso argumento de que este no quiere recibir visitas cuando la realidad es que el G2 pretende quebrantar el espíritu del joven para que se declare culpable por un delito, que igual que el de sedición por el 11J, no cometió.

La seguridad del régimen dice valerse de una supuesta información de un oficial del MININT, la realidad es que intentan encubrir a algún sapo que hace hasta lo imposible por granjearse la simpatía de estos funcionarios del infierno, y mentir y crear escenarios ficticios parece ser una de sus aristas, Girón Velázquez fue el elegido por esta basura humana para crearle sus intrigas y ganarse los favores de los sicarios del G2.

Cada día más depauperado por la huelga de hambre y la tortura psicológica en este reconocido centro de torturas  holguinero, que llaman "Todo el mundo canta" por los métodos quebrantadores de la voluntad humana que allí se practican, Miguel Enrique envía un llamado a las ONG pro-derechos humanos para que levanten la voz por los continuos e impunes crímenes de lesa humanidad que se cometen contra los prisioneros políticos en Cuba, donde hoy él es una víctima de estas violaciones y clama por justicia.

El escenario actual no tiene espacio para la injusticia y la crueldad, el equilibrio por la libertad y los derechos del pueblo cubano se gestará por muy alto que sea su precio, es demasiado el dolor y el sufrimiento para hacer silencio de cobardes.