El régimen castrista indica que ya no es necesario el uso de la mascarilla de forma pública, esto no es porque el peligro de contagio haya disminuido, esto obedece a la necesidad de crecimiento en el sector turístico, pues pretenden mostrar a Cuba como un destino turístico confiable y seguro, libre de todo riesgo vírico.
La realidad es que este virus muestra nuevas mutaciones dentro de la isla, y ya son cuantiosos los casos de síntomas catarrales, dolores estomacales, diarrea, dolor muscular e intra articular, fiebre, cefalea, disnea en un gran número de casos y malestar general. Las personas que acuden a los centros de salud son diagnosticados con catarro común y se les indica mantener las medidas conocidas de aislamiento, sin otra prescripción médica, como muestra de que no existe nada el porque alarmarse. En estas mismas condiciones, se encuentran muchos reclusos en la Prisión Kilo 8 de Camagüey.
Al régimen no le importa para nada la salud y seguridad popular, solo le interesa mantener sus fuentes de ingresos para sostener su aparato represivo, vender su política mentirosa por todo el mundo, y continuar con sus vidas de lujo y glamour. Esta es la razón para la suspensión del uso de la mascarilla, para vender la imagen de un turismo seguro y confiable, mientras todo se cae a pedazos.
China donó millones para la reconstrucción del Hotel Saratoga, mientras el pueblo carece de materiales para la construcción de sus viviendas, los gobernantes refieren no tener dinero para comprar medicamentos, materiales quirúrgicos, azúcar, leche, y un largo etcétera. Porque el interés del régimen y sus sostenes internacionales, solo son sus negocios, tales como el crecimiento turístico, para ellos el pueblo es solo un instrumento barato para sostener los antojos de los delincuentes de cuello blanco en el poder.
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