La pequeña Isnaudi Pérez Salazar, es una niña de la zona rural perteneciente a la Caridad del Sitio en Baguanos, Holguín, de 9 años de edad, a quien la pediatra de esta área le expidió una dieta especial por encontrarse en un estado de desnutrición de grado III, lo poco que aisladamente llega a estos rincones rurales apenas deja apoyo para esta categoría de dietas, que exige un mayor aporte proteico y de minerales, que para colmo del mal trabajo y el burocratismo, en la Oficoda # 1122 perteneciente a esta localidad, la funcionaria de esta oficina identificada como Aimé Álvarez, al redactar el documento para la dieta cambió la fecha de vencimiento, invalidando a corto tiempo el certificado médico, dejando a la niña Isnaudi Pérez sin la dieta del picadillo que le correspondía en este pase del producto.
Para un nuevo proceso, más tedioso y complejo que en la ciudad, la madre de esta niña desnutrida tendrá que lograr otra consulta con la pediatra, algo que parece fácil decirlo, luego llevar el certificado a Baguanos para ser registrado y acuñado en el policlínico, otra odisea si se tiene en cuenta las distancias, y por último otro encuentro con los excelentes trabajadores de la Oficina de Comercio, creadores de tal desastre en detrimento de la niña.
Cuando se diagnostica una desnutrición infantil de grado III, es porque existe una pérdida de más del 40% de peso corporal según valores antropométricos en talla, peso y edad por el Z Score Indice de Masa Corporal de la OMS, en Cuba para los niños con dietas especiales por desnutrición, apenas les venden cada quince días unas onzas de picadillo o pollo, que para colmo es truncado por el mal trabajo y la poca seriedad que lleva este polémico asunto sobre desnutrición infantil en Cuba, entre tanto, la desnutrida niña quedará por otro tiempo sin la necesaria dieta por la incompetencia de funcionarios entretenidos en asuntos ajenos a sus funciones laborales.
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