Ramón Zamora Rodríguez | Holguín | 10 de septiembre
de 2015
“Yo conozco tus obras,
que ni eres frio ni caliente, ¡ojalá fueses frio o caliente! Pero por cuanto
eres tibio, y no frio ni caliente, te vomitaré de mi boca”. Apocalipsis cap3, vers15 y 16.
El pasado primero de
septiembre en una entrevista televisiva concedida por el cardenal Jaime Lucas
Ortega y Alamino al cantante-entrevistador Amaury Pérez Vidal, el cardenal
recuerda cuando en la plaza de San Pedro una gran muchedumbre manifestó: “Cuba tiene Cardenal”, palabras que quedaron
en su recuerdo para el servicio a Cuba y a sus hermanos en Cuba, lo
contradictorio es que al igual que en los sindicatos de este país, que supuestamente
están llamados para defender a los trabajadores, pero realmente defienden a la
dirección y al partido comunista, el cardenal que antes pastoreaba con gran
amor, innegable apoyo y celo a su fiel rebaño, ahora con marcada hipocresía se
coloca a favor de un gobierno militarizado, ateo, comunista, en desfavor de los
que claman por justicia y libertad, privados de toda clase de derechos por
reclamar para el pueblo de Cuba sus conculcados derechos y libertades.
Su excelencia el
cardenal pierde las miras en su actuar. Así como Pedro negó en tres ocasiones a
Jesús, así en España por la radio, y en la televisión cubana, el cardenal Jaime
Lucas Ortega ha negado a su rebaño en cautiverio, su eminencia sabe que Jesús
dijo que el que le niegue delante de los hombres, él, delante del Padre le
negará, y Jesús se manifiesta en el pobre, el enfermo, el necesitado, y el
preso. ¿Está negando a Jesús su Eminencia el cardenal?, pues como anda alegando
a viva voz que en Cuba no hay prisioneros políticos, manifestando además que le
enviaron listados en los que se relacionan los nombres de los que hoy en
cárceles cubanas cumplen complejas condenas por el solo hecho de disentir
contra la dictadura castrista y clamar por los derechos humanos, el cardenal al
negar en su misión a los presos políticos, niega a Jesús y le sigue el juego a
aquellos que nos pisotean.
El gobierno cubano, que
siempre se ha reconocido como una dictadura (del proletariado dicen ellos),
violador de todo lo que se considera estado de derecho, ha perseguido con saña
a la iglesia y a sus miembros en todos estos años, y la mantiene enlistada como
un peligro para sus planes de adoctrinamiento y esclavitud espiritual, velando
todos sus movimientos. Ahora decide cambiar su retórica, se dice amigo y que su
fin es el mismo que el de la iglesia,! que clase hipocresía!, lo triste de esto
es que la iglesia le cree a este lobo disfrazado de oveja, judas Iscariote,
traidor a Dios y su obra en favor del mundo. Nuestro Señor en su obra
evangelizadora ¡nunca! buscó alianza alguna con ningún poder que no fuera
el del Espíritu santo y hoy Jaime Lucas busca
el beneplácito y la sonrisa de la dictadura. ¿Quién lo guía?, ¿el Espíritu
Santo o el gobierno?, se está dejando engañar y como colofón está engañando al
pueblo que le entregó el Señor para que apacentara y llevara hasta su reino de
gloria.
Si para su
Eminencia, en cuba no hay presos políticos como dice, ¿Quiénes son entonces los
que el gobierno militarizado castrista tiene en sus cárceles y prisiones que
todos conocen cuales fueron sus hechos al cruzar los umbrales de esas prisiones
y a los que le cambian el nombre de sus delitos? ¿Es que amnistía Internacional
miente? ¿Miente el pueblo, que igual no están excluidos de Dios, que sale a las calles a reclamar la libertad
de los presos políticos tolerando los golpes e insultos de militares e
integrantes del Partido Comunista? ¡Claro que no! ahora quieren presentar a los
prisioneros de conciencia como ladrones y autores de delitos comunes, para
hacer creer que en esta Cuba hambrienta bañada de lágrimas y desesperación
todos están contentos con sus verdugos.
Los gobernantes
cubanos hoy solo cambian su discurso, pero solo a favor de ellos pero en
evidente detrimento del pueblo, ocultando las lagrimas y túnicas de luto de
cientos de madres cubanas que claman a gritos la misericordia de Dios para que
sean liberados sus hijos, que ni son ladrones, ni delincuentes, y menos puede
alzarse contra ellos algún dedo índice para tildarlos de asesinos o
terroristas, sus hijos solo hacían valer sus derechos de una u otra forma, que el
general presidente cambie su discurso, que cambie su retórica, pero quien lleva
la palabra de Dios, nunca ha de cambiar su discurso para que el pueblo que Dios
pone en sus manos continúe fielmente confiando en él, el pueblo espera que no
le tema a la dictadura, más, que tema a la falta de esperanzas de los que gimen
en cárceles y presidios, porque Cristo mora con los que penan, que le tema a
las madres que lloran desconsoladas la ausencia de sus hijos, porque Cristo
está con los que sufren, que le tema a Dios su eminencia el cardenal cuando le
sonría a los poderosos en la tierra, porque Cristo dejo muy claro en Mateo 7:22 y 23
"En aquel día muchos me dirán: 'Señor, Señor, ¿no profetizamos en
tu nombre, y en tu nombre echamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos
milagros?'
"Entonces les diré: '¡Nunca os conocí!
¡Apartaos de mi, obradores de maldad!'
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