Por: Ramón Zamora Rodríguez
Cumpliendo una larga y
tortuosa condena en la prisión Combinado del Este en la Habana, Ernesto Borges
Pérez deja irrefutables muestras de debilidad visual, necesita urgente
intervención quirúrgica indicada por los especialistas en oftalmología, pero
teme por sobradas razones a perder la vida en el acto quirúrgico, por las
solapadas manos de la inteligencia al servicio de la dictadura castrista.
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Prisionero Político Ernesto Borges Pérez |
Borges Pérez cumplirá
21 años de prisión en estado crítico el próximo 17 de julio, y ya acumula un
record de 9 enfermedades en su mayoría crónicas, adquiridas dentro de la
prisión, a razón de las condiciones carcelarias y de los tratos crueles,
inhumanos y degradantes a los que ha sido sometido en estas dos décadas de
horrible cautiverio, plagado de metodologías de corte fascista a las que se
resiste gracias a su inquebrantable fe en Dios y en su anhelo de libertad del
pueblo cubano de emanciparse de una dictadura férrea y esclavista.
Su Historia Clínica muestra
la indicación médica de permanecer en lugares con buena iluminación por la
acelerada pérdida de visión que actualmente padece; los encargados de su
encarcelamiento y refinamiento de sus torturas, los agentes de la inteligencia
castro-comunista, los mismos que permiten en esta prisión dejar sin fluido
eléctrico todo el penal de 7:00 am a 7:00 pm, dejando a Ernesto en las
lastimeras penumbras carcelarias, son justamente quienes muestran un gran
interés en que acepte con prontitud el acto quirúrgico, presentándose como
mesías o salvadores, pero al no contar con las condiciones apropiadas para su
recuperación, lógicamente ni Ernesto o sus familiares dan su aprobación, ante
lo que puede evidenciar un posible accidente quirúrgico o postquirúrgico, que
sin dudas, le podrá costar su valiosa vida.
Ernesto Borges Pérez,
para quienes aun no le conocen, fue Capitán en el Departamento 1 de Contraespionaje
y Juegos
Operativos de la Dirección General de la Contrainteligencia al servicio de la
dictadura castrista, obtuvo titulo de oro en la KGB en la antigua Unión
Soviética, para luego ejercer como analista por el Departamento 1 de
Contraespionaje y Juegos Operativos dentro de la Sección de Intereses de los Estados
Unidos (SINA), es arrestado el 17 de julio de 1998 luego de descubrir la
seguridad del estado que Ernesto pretendía hacer entrega a un funcionario de la
inteligencia americana de la SINA, los archivos de 26 agentes cubanos en fase
preparatoria, que ensayaban penetrar en Estados Unidos y países del mundo
Democrático y miembros de la OTAN, entre otras informaciones secretas de
relevancia, o sea, intentó denunciar los planes macabros que tejían la
inteligencia castrista de penetrar espías en territorios de alto interés
internacional, esta acción no se pudo ejecutar, al no tener contacto con el
funcionario de inteligencia, Ernesto deja caer la información en el umbral de
la casa del funcionario, pero la información es ocupada por la Sección
Operativa de la Seguridad del Estado, al siguiente día, Ernesto fue arrestado
en su trabajo.
El 14 de enero de 1999 le fue conmutada la
pena de muerte por la de 30 años; desde el mismo 17 de julio de 1998 la vida de
este valiente se convirtió en una horrorosa pesadilla, las incontables veces
que ha permanecido por largos períodos en celdas de castigo y aislamiento, en
sus primeros 10 años de prisión permaneció en celdas de aislamiento
prácticamente a oscuras, tapiada, con poca ventilación y en solitario; el continuo
tiempo en el corredor de la muerte, marcan momentos en el que la mente y cuerpo
quedan hastiados de tantos escenarios de torturas, crimen y horror, que solo
dejan espacios para un cuerpo que languidece, ante un marcado número de
patologías que hoy pretenden segarle la vida y cargar de dolor los corazones
fisurados de sus familiares, que esperan con impaciencia que el desalmado
aparato castrista le otorgue la libertad, que de acuerdo a las propias leyes
cubanas a razón de derechos, ya hace 13 años que debería estar en libertad
condicional, violando sus propias leyes al no otorgársele en el tiempo
establecido (la tercera parte de la sanción).
En la tediosa espera
por la libertad de este patriota, la madre y el padre cada día muestran un
deteriorado estado de salud por el innegable sufrimiento; la madre, Santa
Ivonne Pérez Díaz, de 72 años, muy enferma con hepatitis C, que motivó una
Cirrosis Hepática producto de un mal manejo en el sistema de Salud Pública,
teme cada día no cumplir el sueño de darle el abrazo tierno en libertad a su
amado hijo; el padre, Raúl Borges Álvarez de 79 años, quien fue operado a
corazón abierto y sufre de otras afecciones, que no todos tolerarían al sumar
el terrible dolor de tener a su hijo enfermo por tantos años, y contar con la
impotencia que transmite una dictadura cargada de oprobios.
Raúl Borges Álvarez |
Raúl Borges, fundó y
preside el Partido por la Unidad Democrática Cristiana de Cuba y es Miembro del
Comité de Coordinadores del Foro por los Derechos y Libertades, desde el principio
del encarcelamiento de su hijo Ernesto, ha permanecido inclaudicable dentro de
la lucha constante pero pacífica junto a la oposición civilista cubana, víctima
de golpizas, barbaros atropellos y tediosos asedios, tan solo por clamar por la
libertad de su hijo enfermo por los maltratos carcelarios.
La pregunta que todos
se formulan es la que sigue ¿Por qué teme tanto la Dirección Política del país
y la Inteligencia cubana, liberar a Ernesto Borges Pérez después de
transcurridas dos décadas de los hechos? Y además ¿Por qué pretende dejarlo
ciego o segarle la vida? Teniendo en cuenta el ensañamiento marcado e
inadmisible del régimen contra este prisionero, que por alguna razón de
inteligencia, todo indica que pretenden silenciarlo para siempre.
Raúl Borges, el padre
de Ernesto, así como todos aquellos que luchamos por la emancipación de nuestro
esclavizado pueblo cubano, hacemos un llamado al Departamento de Estado de los
Estados Unidos, al consejero John Bolton de Seguridad Nacional, al Secretario
de Estado Mike Pompeo, para que intervengan ante las autoridades cubanas en la
liberación de este prisionero, que en su accionar, evitó que en territorio
norteamericano, el pueblo de los Estados Unidos fuera afectado por los espías
cubanos.
A los activistas de
derechos humanos de las organizaciones opositoras del país y del exilio, los
instamos a que se pronuncien sobre este caso que es un ejemplo de crimen de
lesa humanidad, que ha permanecido durante dos décadas en celda de aislamiento
en condiciones crueles y degradantes.
Clamamos por la
solidaridad y apoyo de todos los periodistas independientes nacionales e
internacionales, para mantener una campaña mediática a favor de la necesaria
libertad de este patriota, que deja muestras de perder su visión dentro de las
mazmorras castristas o de perder su vida.
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