lunes, 17 de marzo de 2014

Poco dinero y muchas multas.




Por: Mailín Ricardo Góngora.

Cuba es el país que menos ofertas de trabajo tiene ahora, claro, al no ser, y no para todos la construcción, pero con una remuneración deficiente, incapaz de suplir las necesidades mínimas de los trabajadores, y que obliga a buscar otros trabajos de mejor remuneración, nadie crea los globos que a diario inflan en la televisión y la prensa, además de que internacionalmente venden al mundo una fachada, que realmente no todos compran, pero si existen muchos que por conveniencia creen, pero solo porque no tienen una libreta de racionamiento y una alimentación que cada día logra aumentar el índice de pacientes a las consultas de Oncología en todos los Hospitales del País, y todo porque si el pueblo cubano quiere aguantar hambre y “disfrutar” de una alimentación deficiente, las células cancerígenas “NO”.
Es evidente y ya dicho que de alguna forma se puede engañar a parte de un pueblo, pero no a todo un pueblo, por lo que muchos salen a las calles a vender lo que aparezca, para de alguna forma poder librarse un poco de la miseria que gratuitamente, “nos regala” el dictador Raúl Castro.
Ahora, difícil es la situación para aquellos que se oponen abiertamente al régimen totalitario de los Castros, quienes nunca tienen la suerte de encontrar trabajo, y el que lo tenga, termina en la calle para que viva de “algo” que les deje la coartada al régimen totalitario para mandarlo a la prisión por delitos comunes.
Otro método de acoso y hostigamiento del régimen a los opositores pacíficos, es el hostigamiento por medio de multas cuando los cogen vendiendo algo, o aunque no se “lleven” algún pare en la vía, y queda demostrado los sucios procedimientos de los agentes del régimen contra pacíficos opositores, como es el caso de Gil Alcides Batista del Rio, a quien no le dan trabajo, ni le permiten ganarse los centavos honestamente sin robar, pues de cuando en cuando, a modo de hostigarlo y dejarlo en más miseria, le ponen multas por el solo hecho de vender queso en las calles, para llevar el pan de cada día a su casa.
Y de donde Gil Alcides y muchos más con ideologías como él van a sacar dinero para pagar multas, si para comer y vestir nunca les alcanza, y después se jactan diciendo en el mundo sandeces que nadie cree, y menos, el cubano de a pie.
   

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