Por: Mailín Ricardo Góngora.
Cuba es el país que menos ofertas de trabajo tiene
ahora, claro, al no ser, y no para todos la construcción, pero con una
remuneración deficiente, incapaz de suplir las necesidades mínimas de los trabajadores,
y que obliga a buscar otros trabajos de mejor remuneración, nadie crea los
globos que a diario inflan en la televisión y la prensa, además de que
internacionalmente venden al mundo una fachada, que realmente no todos compran,
pero si existen muchos que por conveniencia creen, pero solo porque no tienen
una libreta de racionamiento y una alimentación que cada día logra aumentar el
índice de pacientes a las consultas de Oncología en todos los Hospitales del
País, y todo porque si el pueblo cubano quiere aguantar hambre y “disfrutar” de
una alimentación deficiente, las células cancerígenas “NO”.
Es evidente y ya dicho que de alguna forma se puede
engañar a parte de un pueblo, pero no a todo un pueblo, por lo que muchos salen
a las calles a vender lo que aparezca, para de alguna forma poder librarse un
poco de la miseria que gratuitamente, “nos regala” el dictador Raúl Castro.
Ahora, difícil es la situación para aquellos que se
oponen abiertamente al régimen totalitario de los Castros, quienes nunca tienen
la suerte de encontrar trabajo, y el que lo tenga, termina en la calle para que
viva de “algo” que les deje la coartada al régimen totalitario para mandarlo a
la prisión por delitos comunes.
Otro método de acoso y hostigamiento del régimen a
los opositores pacíficos, es el hostigamiento por medio de multas cuando los
cogen vendiendo algo, o aunque no se “lleven” algún pare en la vía, y queda
demostrado los sucios procedimientos de los agentes del régimen contra
pacíficos opositores, como es el caso de Gil Alcides Batista del Rio, a quien
no le dan trabajo, ni le permiten ganarse los centavos honestamente sin robar,
pues de cuando en cuando, a modo de hostigarlo y dejarlo en más miseria, le
ponen multas por el solo hecho de vender queso en las calles, para llevar el
pan de cada día a su casa.
Y de donde Gil Alcides y muchos más con ideologías
como él van a sacar dinero para pagar multas, si para comer y vestir nunca les
alcanza, y después se jactan diciendo en el mundo sandeces que nadie cree, y
menos, el cubano de a pie.
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