El asfixiante desabastecimiento que como manto de muerte se tiende hoy sobre el pueblo cubano, es una situaciรณn a la que se enfrentan a cada paso en la bรบsqueda de alimentos u otros recursos necesarios, donde los mercados muestran cada dรญa menos ofertas por la fracasada economรญa comunista, al punto que para frenar la excesiva demanda ante tan miserable oferta, limitan el acceso a estos lugares donde el pueblo acude para compensar los deficientes ingresos con los que son remunerados. Ahora estos sitios han emitido avisos que prohรญben el acceso si no se muestra la tarjeta actualizada con las vacunas cubanas, medidas que no tiene respaldo en norma legal alguna, pero si el beneplรกcito y consentimiento tรกcito de las autoridades.
Utilizan asรญ el referido documento como instrumento de chantaje ante tanta hambre y desabastecimiento, para limitar el acceso a los escasos alimentos, de paso presionar al pueblo a inocularse los inventos cubanos que no han sido reconocidos por la O.M.S.
El exceso de sumisiรณn, la miseria y el desconocimiento, son las principales causas que permiten a los dictadores, imponer medidas tan draconianas para la adquisiciรณn de alimentos y no son pocos los que con orgullo muestran el pedazo de cartรณn con las inoculaciones para acceder a unas croquetas, un pedazo de hueso pelado, o viandas. Los mercados y demรกs centros donde ofertan bienes y servicios no son, ni deben ser un medio de control de inspecciรณn y menos de presiรณn al servicio de los dictadores que humillan al pueblo por medio de medidas discriminatorias, pues le corresponderรญa especรญficamente a Higiene y Epidemiologรญa, aplicar tales controles, que igual no pueden hacer, pues a ninguna persona se puede obligar a vacunar sin su consentimiento, pero la dictadura, disfraza la forma de imponer, obligar y someter al pueblo a su voluntad y cruel antojo.
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