La utilizaci贸n del delito de "sedici贸n", por parte del gobierno de Cuba, para juzgar a los manifestantes pac铆ficos del pasado 11 de julio, busca aterrorizar a la poblaci贸n en la actual escalada represiva.
Culpar de sedici贸n a quienes salieron espont谩neamente a las calles a pedir libertad, resulta intolerable. El uso de los art铆culos m谩s severos del c贸digo penal para castigar el disenso y amedrentar al resto de los ciudadanos, es vergonzoso y forma parte de la criminalizaci贸n de las protestas por parte de un r茅gimen desbordado y sin soluciones.
El clima represivo se incrementa por estos d铆as en la isla, de cara a la convocatoria de una marcha c铆vica el pr贸ximo 15 de noviembre.
La comunidad internacional no puede permanecer en silencio ante las escandalosas peticiones fiscales por el 11J y las amenazas y coacciones que sufren los ciudadanos ante la proximidad del 15N.
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